12 de enero de 2013


Actividad del bloque 5

Texto en prosa

Estrategia: ensalada de cuentos

Erase una vez una niña muy hermosa que vivía en una aldea. Su madre y su abuela la querían mucho, y esta le había hecho una capa con gorrito de color rojo, le quedaba tan bien que todo el mundo la llamaba Caperucita Roja.
Un dia su madre la dijo:
-Tú abuelita está mala, vete a ver como está y llévale esta cesta con galletas y mermelada.
Enseguida Caperucita se dirigió a visitar a su abuelita que vivía en otra aldea. Cuando caminaba por el boque se encontró con dos niños, y les pregunto cómo se llamaban, el niño se llamaba Hansel y la niña Gretel.
Los tres se hicieron muy amigos, Hansel y Gretel dijeron a Caperucita que estaban hambrientos, y que se habían perdido, así que Caperucita les dio las galletas y mermelada que llevaba en su cestita, pero no fue suficiente, ellos tenían mucha hambre, así que paseando los tres encontraron una casita hecha de pan de jengibre y pastel.
-Esto es justo lo que necesitamos-dijo Hansel.
Caperucita también tenía hambre así que empezaron los tres a comerse el techo de la casa.
De pronto abrió la puerta una mujer vieja y encorvada. Los tres se asustaron tanto que inmediatamente soltaron los dulces.
-Mis queridos niños, entrad a mi casa y quedaos conmigo.- dijo la vieja.
La vieja les cogió del brazo y les preparó una rica cena. A la mañana siguiente, la bruja gritó a Gretel y la dijo:
-Anda y tráeme agua para cocinarle algo delicioso a tu hermano. El está en el establo y tiene que engordar. En cuanto este gordito me lo comeré.
Gretel asustada fue corriendo a avisar a Hansel y a Caperucita, y los tres pudieron escapar.
Al salir del bosque se encontraron con una niñita, que andaba descalza y sin apenas ropa de abrigo, y hacia mucho frio ya que era víspera de año nuevo. Tenía mucha hambre y frio, les contó a Hansel, a Grtel y a Caperucita que no quería volver a casa porque no había vendido ni una cerilla, y por ello no había ganado ninguna moneda.
Los cuatro se dirigieron a la casa de la abuelita de Caperucita que estaría muy preocupada. Y cuando llegaron todos, la abuelita les dijo que se quedaran allí a vivir, que les daba de comer y una cama calentita todas las noches, así que ningún niño se quedo sin hogar.
Colorín colorado este cuento se ha acabado.

Texto en verso

Estrategia: poema de preguntas.

¿Qué es esperanza?
Ilusión
¿Qué es ilusión?
Soñar
¿Qué es soñar?
Amar
¿Qué es amar?
Vivir

Diálogo teatral

Estrategia: yo soy…

Narrador: había una vez en una gran casa, parecía una mansión, con grandes habitaciones, y en una de ellas, se encontraba en una esquinita una silla, una silla que parecía una silla normal, pero no, aquella silla tenia vida propia y sentimientos, como los demás muebles de aquella casa.
Un día aquella silla habló con su madre sobre un tema que la entristecía mucho.
Matilda: Mami, mis amiguitas , las demás sillas, no quieren jugar conmigo, y me dejan de lado.
Delfina: Pero cariño tienes que hacer algo para integrarte con ellas, tienes que hablarlas tu también.
Narrador: Delfina la madre de Matilda, no se quería dar cuenta porque las demás sillitas no querían jugar con ella.
Matilda: Mami, es que yo creo que no quieren jugar conmigo porque tengo una pata rota, (Matilda se puso a llorar desconsoladamente)
Delfina: Matilda, si no juegan contigo por eso es porque esas sillitas no merecen la pena, porque hay que querer a los demás como son , con sus virtudes y defectos.
Narrador: Matilda tenía una pata rota , porque un niño de los que vivía allí la rompió tirándola por los aires, un niño mimado y consentido que siempre ha hecho lo que ha querido. Matilda no hizo mucho caso a su madre y se sentía muy triste pero un dia una sillita joven llamada Florencia la dijo:
-Matilda, ¿quieres jugar conmigo? Me pareces muy buena y simpática.
Narrador: Matilda radió de felicidad y poco a poco iba teniendo más amigos que la quisieran como era ella.








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