Actividad del bloque 5
Texto en
prosa
Estrategia:
ensalada de cuentos
Erase una vez una niña muy hermosa que vivía en una aldea. Su madre
y su abuela la querían mucho, y esta le había hecho una capa con gorrito de
color rojo, le quedaba tan bien que todo el mundo la llamaba Caperucita Roja.
Un dia su madre la dijo:
-Tú abuelita está mala, vete a ver como está y llévale esta
cesta con galletas y mermelada.
Enseguida Caperucita se dirigió a visitar a su abuelita que vivía
en otra aldea. Cuando caminaba por el boque se encontró con dos niños, y les
pregunto cómo se llamaban, el niño se llamaba Hansel y la niña Gretel.
Los tres se hicieron muy amigos, Hansel y Gretel dijeron a
Caperucita que estaban hambrientos, y que se habían perdido, así que Caperucita
les dio las galletas y mermelada que llevaba en su cestita, pero no fue
suficiente, ellos tenían mucha hambre, así que paseando los tres encontraron
una casita hecha de pan de jengibre y pastel.
-Esto es justo lo que necesitamos-dijo Hansel.
Caperucita también tenía hambre así que empezaron los tres a
comerse el techo de la casa.
De pronto abrió la puerta una mujer vieja y encorvada. Los tres
se asustaron tanto que inmediatamente soltaron los dulces.
-Mis queridos niños, entrad a mi casa y quedaos conmigo.- dijo
la vieja.
La vieja les cogió del brazo y les preparó una rica cena. A la
mañana siguiente, la bruja gritó a Gretel y la dijo:
-Anda y tráeme agua para cocinarle algo delicioso a tu
hermano. El está en el establo y tiene que engordar. En cuanto este gordito me
lo comeré.
Gretel asustada fue corriendo a avisar a Hansel y a
Caperucita, y los tres pudieron escapar.
Al salir del bosque se encontraron con una niñita, que andaba
descalza y sin apenas ropa de abrigo, y hacia mucho frio ya que era víspera de
año nuevo. Tenía mucha hambre y frio, les contó a Hansel, a Grtel y a
Caperucita que no quería volver a casa porque no había vendido ni una cerilla,
y por ello no había ganado ninguna moneda.
Los cuatro se dirigieron a la casa de la abuelita de
Caperucita que estaría muy preocupada. Y cuando llegaron todos, la abuelita les
dijo que se quedaran allí a vivir, que les daba de comer y una cama calentita
todas las noches, así que ningún niño se quedo sin hogar.
Colorín colorado este cuento se ha acabado.
Texto en
verso
Estrategia:
poema de preguntas.
¿Qué es esperanza?
Ilusión
¿Qué es ilusión?
Soñar
¿Qué es soñar?
Amar
¿Qué es amar?
Vivir
Diálogo teatral
Estrategia:
yo soy…
Narrador: había una vez en una gran casa, parecía una mansión,
con grandes habitaciones, y en una de ellas, se encontraba en una esquinita una
silla, una silla que parecía una silla normal, pero no, aquella silla tenia
vida propia y sentimientos, como los demás muebles de aquella casa.
Un día aquella silla habló con su madre sobre un tema que la entristecía
mucho.
Matilda: Mami, mis amiguitas , las demás sillas, no quieren
jugar conmigo, y me dejan de lado.
Delfina: Pero cariño tienes que hacer algo para integrarte con
ellas, tienes que hablarlas tu también.
Narrador: Delfina la madre de Matilda, no se quería dar cuenta
porque las demás sillitas no querían jugar con ella.
Matilda: Mami, es que yo creo que no quieren jugar conmigo
porque tengo una pata rota, (Matilda se puso a llorar desconsoladamente)
Delfina: Matilda, si no juegan contigo por eso es porque esas
sillitas no merecen la pena, porque hay que querer a los demás como son , con
sus virtudes y defectos.
Narrador: Matilda tenía una pata rota , porque un niño de los
que vivía allí la rompió tirándola por los aires, un niño mimado y consentido
que siempre ha hecho lo que ha querido. Matilda no hizo mucho caso a su madre y
se sentía muy triste pero un dia una sillita joven llamada Florencia la dijo:
-Matilda, ¿quieres jugar conmigo? Me pareces muy buena y simpática.
Narrador: Matilda radió de felicidad y poco a poco iba
teniendo más amigos que la quisieran como era ella.
Perfecto. Solo me queda ver tu libro.
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