Érase
una vez una niña muy muy guapa de 12 años que ,vivía sola con su padre, ya que
su madre falleció cuando ella tenía 7 años. Esta al saber que iba a morir le
dio a su hija Claudia una pulsera de oro para que siempre la recordara.
Su padre se acaba de casar con otra mujer y esta
odiaba a Claudia porque pasaba más tiempo con su marido que ella misma.
Su madrastra se quería deshacer de de Claudia y
la mandó a un internado en Irlanda sin que su marido lo supiera, el padre de
Claudia creyó que Claudia se había escapado de casa, la estuvo buscando meses y meses pero no la
encontró, así que perdió toda esperanza, y se conformó viviendo con un bonito
recuerdo de su hija. Claudia se fue al internado, contra su voluntad.
Era un internado en el que no había casi higiene,
apenas les daban de comer y no les dejaban salir de su habitación, así que
Claudia decidió marcharse, esta vez de verdad,
sin saber a dónde ir, dónde vivir, qué comer,…
Una noche deambulando por las calles, vio a tres
chicos a las afueras del pueblo en una tienda de campaña , ella estaba hambrienta, y muerta de
frío, les preguntó si se podía quedar con ellos a dormir esa noche ya que era
invierno y estaba congelada.
Menos mal que eran españoles y hablaban su
idioma, ellos le dejaron quedarse pero con la condición de que no se enamorara
de ninguno, ya que siempre que había una chica de por medio había riñas entre
ello. Pasaron los días y los cuatro vivían felices, pero ella al día siguiente
de pasar la primera noche con ellos, se dio cuenta de que ellos eran unos
vándalos y pintaban grafitis en las calles ,entre otras cosas, ella no entendía
porque lo hacían pero mientras ellos no hicieran daño a nadie ella no ponía
pegas.
Ella y Nacho el pequeño de los tres se estaban
enamorando poco a poco, pero ella hizo la promesa de no enamorarse de ninguno
de ellos , si no la echaban, así que vivía reprimiendo su amor por Nacho.
Una noche se fue con ellos a acompañarles es sus
fechorías, porque la daba miedo quedarse sola en la tienda de campaña .A la
hora de haber salido les pillaron pintando grafitis, aunque ella sólo les
acompañaba, les llevaron al calabozo y ella pidió llamar a su padre y se lo
permitieron. Él no se creía que estuviera hablando con su hija y fue a la
cárcel a corroborar si era ella .
Estaba desaliñada y apenas parecía ella pero
guardaba la pulsera de oro de su madre, él se dio cuenta de que era su hija se
puso a llorar y saldó la deuda de los cuatro.
Claudia le dijo a su padre que estaba enamorada
de Nacho y el dio su beneplácito para que estuvieran juntos, y estos empezaron
una bonita relación de novios.
Mi cuento va destinado a los alumnos
de tercer ciclo en educación primaria , por tanto he querido enfocarlo hacia un
tema en el que se puedan sentir identificados.
Aun así he dejado varias cosas con
respecto al original. He querido mantener el núcleo familiar de Claudia, ya que
hoy en día es una realidad de muchos hogares.
También he querido dejar la “magia “
del cuento, es decir, aunque sean niños de 11 o 12 años, he mantenido, sin
variar, la historia de enamoramiento de Claudia y Nacho.
Había otros aspectos del cuento
principal que no me gustaron, como por ejemplo, lo datos incluso escabrosos que
narraba cómo quería encontrarse la madrasta a la niña , para ser más exactos,
con la cabeza cortada. Por muy mayores que sean los niños, esos datos se pueden
omitir, desde mi punto de vista, no son necesarios.
He querido también reflejar y dejar
claro las cosas que está mal hacerlas, como pintar en las paredes de las
calles. Se pueden aprovechar los cuentos para educar de una forma didáctica,
moral, ética,…